¿Me vas a dar la carta?
"La carta del viejo"
Mirá; es del viejo...
“La guerra revolucionaria en que estamos empeñados se intensificará cada día y no hemos de parar hasta liberar la patria…
Esa hora que no puede estar lejana será de ustedes, los jóvenes, que lo dieron todo por ese destino y que merecen por ello el bien y el agradecimiento de la propia patria”.
No puedo imaginarme como sería el agradecimiento de la patria.
"Eramos ocho arriba del 404..."
Es raro saber que, aún siendo joven, ya viví más que mi padre.
De él sólo me quedaron algunas libretas y papeles sueltos que mamá pudo guardar. Muy poco, en realidad. Es una herencia que me hubiera gustado tener.
Mamá le pidió, le rogó que se fuera del país con ella. No quiso. Ya estaba embarazada de mí.
"Acá le tengo miedo a todo"
-¿Qué pasa?
Entrevista a Santiago Schefer
¿Cómo surge la idea de ser actor?¿Cuándo lo decidiste?
Siempre me llamó la atención, lo que más tarde entendí como trabajo de observación. Digamos que miraba a la gente y la imitaba, sus gestos, tics, formas de hablar, caminar, etc. Ya de adolecente con esa inquietud que me carcomía, empecé a investigar de que se trataba esto de actuar, de jugar, de poner el cuerpo.
¿Quiénes fueron tus maestros?
Mi primer maestro fue Hugo Midón, con quién también debuté profesionalmente en la obra "Hotel Oasis". Después llegaron Miguel Cavia, Maria José Gavin y Alejandro Catalán. Luego me interesé por el clown a las órdenes de Violeta Naón.
Además de actuar ¿participás activamente en otras áreas artísticas? ¿Dirección, dramaturgia, música, etc?
Soy locutor, amo la radio y hace mas de doce años que me dedico a ese medio, además hago doblajes para algunas series y documentales. También trabajo mucho con locuciones comerciales.
El último trabajo teatral fue en el 2004, un espectáculo dirigido por Marcela Zarich en el espacio Giesso. Ya no está en cartel.
¿Qué fuiste a ver al teatro que te haya dejado un fuerte impacto?
Siempre recuerdo como una pieza extraordinaria "De mal en peor" de Ricardo Bartis. Tanto la puesta como el trabajo de algunos de los actores me parecieron de un nivel excelente.
¿Y en literatura?
Me gustó mucho "Tokio Bues" de Haruki Murakami, altamente descriptivo y atrapante novela.
¿Cómo te preparás para el 2010?
Arrancó muy bien, haciendo teatro con "Esa extraña forma de pasión" y radio en Metro 95.1, que son las dos actividades que más me gustan. Además estoy escribiendo un programa de televisión para el canal "Encuentro", sobre al prevención en el abuso de las drogas, que espero podamos llegar a ponerlo al aire este año.
¿Qué podrías decir de Esa extraña forma de pasión?
Es una obra muy intensa, profunda, de un tema que nunca deja de sorprender. Fue interesante trabajar esta obra que fue terminandose de escribir en en el arduo trabajo de los ensayos, una experiencia distinta. Esperemos sea un éxito.
Entrevista a Fiorella Cominetti
¿Cómo surge la idea de ser actriz?¿Cuándo lo decidiste?
En Chile fue Rodrigo Malbrán, discípulo de Jacques Lecoq y director de la escuela en la que estudié; y su padre Ernesto, un personaje entrañable y profundamente apasionado de la vida en cuyas clases se dedicaba a compartir anécdotas y transmitirnos esa pasión.
Si, soy una persona muy hiperactiva y algo esquizofrénica, por lo que además del teatro, que es mi mayor pasión, bailo flamenco, toco flauta traversa y estudio artes combinadas (teoría de cine y teatro), no hago más porque no me alcanza el tiempo, porque si pudiera….
Mi último trabajo teatral como actriz fue “Visita” de Ricardo Monti, actualmente no está en cartel pero tenemos siempre la esperanza de remontarla. Es una obra intensa y hermosa que trabaja con la metáfora para hablar de los desaparecidos y de la muerte. Ahí hacía de Gaspar, un enano que me posibilitaba una gran libertad en escena, lo cual es siempre un placer y yo lo disfrutaba más que nadie.
Lo último que me enloqueció fue “Neva” de la compañía Chilena Teatro en el blanco. Una obra maravillosa que quisiera volver a ver una y mil veces. Pienso, y hay tres obras que me han marcado: primero fue “Gemelos” de la Tropa, luego “Cristo” de Manuela Infante y ahora “Neva”. Que sean las tres Chilenas no me deja de llamar la atención, Buenos Aires tiene una producción teatral inigualable pero creo que algo del orden de lo cultura hace que hayan sido éstas y no otras las obras que me marcaron.
Murakami, “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo”, hay hay, ese pozo, él, en ese pozo…
Ante todo, lo más importante es Esa extraña…, en otros proyectos teatrales aún nada concreto. Entrenar con Bartis y Julio Chávez. Terminar la Licenciatura a mediados de año. Seguir con flamenco y la música (esto es extrañamente parecido a un texto de la obra). Y lo que aparezca.
Una obra necesaria, profundamente necesaria, y no solo para Argentina, sino para todos los latinoamericanos que necesitamos revisar y buscar desde distintas aristas posibles respuestas a nuestra historia. Por eso siendo Chilena también me siento muy parte de esta historia, tendrán sus matices pero las preguntas son las mismas.
Entrevista a Pablo Di Croce
¿Cómo surge la idea de ser actor?¿Cuándo lo decidiste?
El deseo de ser actor surge de muy chico, ya a los 5 o 6 años solía quedarme instalado en el umbral de mi casa viendo a la gente pasar, podía estar horas, mi papa siempre me preguntaba que era lo que hacia y siempre recuerda que yo le contestaba que me gustaba estudiar a la gente. Creo que eso siempre me llamo la atención como cada uno se comporta de manera diferente y particular ante situaciones similares. La decisión de serlo vino mucho mas tarde a los 17, terminaba el secundario y recuerdo que comencé a estudiar derecho, pero sin mucho entusiasmo, tal vez movido únicamente por mandato familiar, pase fugazmente por psicología hasta que decidí definitivamente que el verdadero objeto de mi deseo se hallaba en la actuación, la pasión que me generaba ser ‘otros’ era incomparable.
¿Quiénes fueron tus maestros?
Mis maestros fueron varios y variados, nunca me intereso comprometerme con una única técnica, método o estilo de actuación, me resulta un concepto muy estandarizado de producción, para mi la actuación pasa por otro lado, prefiero realizar mi propia síntesis tomando de todos las herramientas que me permitan desenvolverme mejor. Puedo nombrar a Susana Pampin, Alberto Segado, Augusto Fernadez, Susana Rivero, Ricardo Bartís, entre otros.
Además de actuar ¿participás activamente en otras áreas artísticas? ¿Dirección, dramaturgia, música, etc?
He dirigido una obra llamada “Soledades” en base a un trabajo colectivo, una historia de mujeres que me apasiono al punto de sentarme a escribirla sin ser dramaturgo. Y participe en la reescritura de una obra gauchesca de fines del siglo XVIII “El amor de la estanciera”. Mi coqueteo con la dramaturgia se basa en la intuición y el impulso, carezco de conocimientos técnicos.
¿Qué fuiste a ver al teatro que te haya dejado un fuerte impacto?
Creo que de varias obras se pueden extraer particularidades, la actuación memorable de Cristina Banegas en Medea dirigida por Pompeyo Audivert, la acidez de los textos de “La omisión de la familia Coleman” de Claudio Tolcachir, el surgimiento de trabajos del off como “Los desordenes de la carne” de Alfredo Ramos o “Cachetazo de Campo” de Federico León. Me reservo para el final la obra que mayor impacto causo en mi hasta ahora que fue la versión de “La resistible ascensión de Arturo Ui” de Bertolt Brecht que hizo en el teatro San Martín la compañía “Berliner Ensemble” en el festival internacional de teatro del año 1995. Fue la experiencia teatral más totalizadora que tuve en mi vida.
¿Y en literatura?
Sin lugar a dudas la obra completa de Bruno Schulz, el poder de su imaginario y la manera de bajarlo al papel a través de su prosa implacable constituye una experiencia fundacional a partir de la cual re significó para mi el valor de la palabra escrita.
¿Cómo te preparás para el 2010?
No hay mejor manera de comenzar el año que actuando así que lo comienzo feliz con este proyecto ambicioso y absolutamente comprometido que es “Esa extraña forma de pasión”, mas adelante por el mes de Abril estaré trabajando en “La caza del Snark” de Lewis Carroll en el centro cultural Ricardo Rojas.
¿Qué podrías decir de Esa extraña forma de pasión?
Una obra intensa, apasionada, vital con mas inquietudes que certezas y coincido con la profunda necesidad de su existencia como una herramienta mas que nos permita reflexionar acerca de nuestro pasado, de quienes fuimos, de quienes somos y de quienes queremos ser.
Entrevista a Bela Arnau
¿Cómo surge la idea de ser actor? ¿Cuándo lo decidiste?
A la pregunta por el origen hay que advertirle que toda biografìa -y más aún cuando se pretende de sí misma, es decir, autobiográfica- está en una incesante reescritura. Es provisoria y atentos, cuando miente dice la verdad. Voy a contarte no cualquier escena, sino un VHS infantil que se me repite. Hace muchos años cerca de un pueblo de provincia, estamos con mis hermanos mayores subidos a la cima de una pila de escombros. Mis padres habían resuelto derribar el estanque que era nuestra pileta y encima después nos prohibieron acercarnos a lo que ahora era su desorganizada tumba. El derrumbe había dejado creativamente vetas que sugerían toboganes por donde bajar. La tentación obligada: tirarse. Como mis hermanos no se animaban, yo me ofrecí al sacrificio. Casi al final del recorrido, un masacote de hormigón se encontró con mi frente. Me abrí la cabeza, feo. La herida que condecoraba mi valentía también me vendía ante los ojos de mis padres y al cuidado de la medicina pueblerina. Desde entonces, actúo.
¿Quienes fueron tus maestros?
Todos a los que imité, copié y robé gestos, acentos, tonos, tics, defectos, modos de colocarse, silencios. Me ganaba algo de cómo lo hacían, me fascinaba, me fascina. La actuación -en cursos privados- me dio recursos técnicos para apropiarme mejor de todo eso. "Eso" que es nada menos que una tradición escrita en el cuerpo. El modo que tiene el cuerpo, y en este caso el de los argentinos de repercutir y expresar sus emociones, padecimientos y miserias. En general los rasgos que me atraen suelen ser exagerados. ¿No sería posible desde acá pensar la insistencia -si existe- del actor argentino?, pero decime ¿a quién le importa hoy pensar lo que la actuación revela de lo argentino?. Alguien habla demasiado rápido o grave ponele, o cómo se para el mozo, por qué se pone así las manos en el bolsillo mi jefe. Son cosas tontas, pero que me advierten como el pincel de Goya que en lo deforme, en lo corrido de la norma es más fácil entender el trabajo machacador de la forma. Tengo la esperanza de que quizás el trabajo que le agrego como actor, redima esos pequeños gestos y personajes de esa modalidad de la memoria que es el olvido.
Además de actuar ¿Participás activamente en otras áreas artísticas? ¿Dirección, dramaturgia, música, etc?
Durante mucho tiempo padecí la fragmentación de mi sensibilidad. Me tiraba en cuanto curso veía abierto. ¡Y en Capital hay tantos! Quise ser pianista, escritor, filósofo, actor, director, poeta. Afortunadamente tenía un límite infranqueable: la pintura. De chico observé que pinto mal. Ese era el No que sostenía y sostiene todos los sí. El problema es que los cursos se acaban pronto, y ahi se le abría la chance a mi sensibilidad de cambiarme el rumbo y alejarme de la disciplina. Mi deseo no se podía fijar en nada. No podía ser realmente bueno en nada. Viví durante mucho tiempo esta desorientación. Todavía la padezco, y creo que la voy a padecer siempre. Uno vive como un ex adicto, sabe que la verdadera rehabilitación la obsequia la muerte.
Contá sobre tu último trabajo teatral. ¿Sigue en cartel?
Mi último trabajo fue La Maciel, de todas la más cruel. Un trabajo que fue la venganza contra la dispersión a la que me refería recién. Ahí actué, dirigí, hice la música, el texto y el concepto espacial. ¿Todo? Nunca alcanza, lo que sí: cansa. Mucho, el año pasado sentí un cansancio que fue lo más parecido a la muerte. Fue terrible, como la belleza. Rilke dice que lo bello es el comienzo de lo terrible, justo hasta donde podemos soportar. Es cierto todo ángel es terrible, y la Maciel fue y es justamente una experiencia de la muerte, de la pasión, del sacrificio y el amor. Una experiencia de lo sagrado, digamos. Por eso me cuesta tanto hablar de ella, porque parece que nada podría dar cuenta de esa experiencia más que el haberla vivido. Y eso sólo lo compartimos los que la hicimos, porque nos entregamos completamente a ella y a los que la vieron después. Nosotros no la vimos. El año que viene quizás retomamos.
¿Que fuiste a ver al teatro que te haya dejado un fuerte impacto?
Dos cosas, muy puntuales. En dos obras encontré algo que no entendí pero me pareció -por esto mismo- muy atractivo. Tengo también dificultades para nombrarlos, porque se trata de lo que yo entiendo como fracturas expuestas con respecto al teatro argentino. La primera es ¿cómo decirlo?¿la actuación? ¿el personaje? ¿el procedimiento? ¿el estilo? de Analía Couceiro en Medea que dirige Pompeyo. Compuso algo fantástico, ella y Pompeyo. Desde los nombres con los que cuenta nuestro vocabulario teatral, no hay oferta para esta experiencia. Viéndolo da la sensación de que tocaron el hueso de algo. Me hizo y me hace pensar muchísimo. También cómo esta armada la obra 124. Creo que ambas comparten cierta relación, aunque de modos distintos, con lo coreográfico. Eso fue lo que me atrajo ¡eso!. Porque ahì está cifrado el material con el que se organiza el encadenamiento inexplicable pero coherente de acciones que constituye un ritual.
¿Y en literatura?
Me lastimaron dos escritores, en realidad, sus universos poéticos. Viste lo que antes decía del ritual, bueno, Mario Bellatín. Y la poesía de Paul Celan me hace pelota. Con lo que estoy muy enroscado es con la literatura húngara y feliz porque en Cuba conseguí textos preciosos que la Revolución tradujo a montones y acá ni siquiera sospechaba que existían. Viste que al principio hablaba de derrumbes, y eso mismo lo que leo. Es de donde viene mi nombre artístico, Bèla, un nombre típicamente húngaro. Sería largo de explicar pero Bèla se entiende a partir de la disolución del imperio austro-húngaro. Yo estoy en transferencia artística con esa tradición. Cartoneo y trafico con esos escombros de la cultura occidental.
¿Cómo te preparás para el 2010?
No suelo preparar mucho. El sueño me agarra dormido. Y en general si preparo es para fracasar esos planes y perderme en sus desvíos. Quizás por temor a burocratizarme, o por cierto romanticismo al desequilibrio. No sé. Donde sí no me permito eso es en el trabajo. Pretendo conseguir un trabajo que tenga más que ver con lo que hago, o al menos que me deje disponible más horas para dedicarme a esto.
¿Qué podrías decir de Esa extraña forma de Pasión?
Que es un proyecto en el cual aprendí y estoy aprendiendo mucho. Entre otras cosas, porque es el primer proyecto en el cual sólo tengo que hacer una cosa: actuar. Una novedad para muchos actores que conozco. Entonces toda mi atención está moridiendo eso. Los hallazgos técnicos son enormes. Y por otra parte, como es una obra distinta -desde el texto y puesta- a la que yo estaba acostumbrado, aprendí algo que es quizás tonto u obvio para muchos: cada obra precisa de determinado tipo de actuación. Y esto para mí es tan revelador, tan. Felizmente, falta muy poco para que ingrese al diálogo aquel para quien estamos trabajando desde hace varios meses: el público. Creo que entonces vamos a comprender mucho mejor esta experiencia. A él, prometerle que así como nos entregamos a este trabajo, el mismo o más ofrecimiento los va a recibir cada función que hagamos.
Entrevista a Emiliano Díaz
¿Cómo surge la idea de ser actor? ¿Cuándo lo decidiste?
La idea me surge antes de terminar el secundario cuando leí por primera vez Hamlet, y tuve la certeza que eso era lo que quería hacer de ahí en adelante interpretar obras de teatro.
Tengo un solo maestro de actuación que es Norman Briski con quien estudie 5 años y trabaje otros tantos, de quien he aprendido muchísimo, un ser absolutamente generosos con su saber.
Además de actuar ¿Participás activamente en otras áreas artísticas? ¿Dirección, dramaturgia, música, etc?
Fui integrante del grupo de teatro popular Brazo Largo coordinado por Norman Briski. También coordiné un grupo de teatro popular llamado “Desde el Pie” durante dos años, en Torguitas, Provincia de Buenos Aires.
Debuté como director en el año 2009 con “Chillan las Ratas” de Laura Nevole.
Realizo también escenografías para teatro y publicidad, y diversos trabajos de carpintería.
Contá sobre tu último trabajo teatral, ¿Sigue en cartel?
Mi último trabajo actoral fue Las asesinas de Gardel de Lucía Laragione y Antonia Demichelis, dirigida por Diego Cosin. Se estrenó en agosto de 2009 y sigue actualmente en cartel en el teatro Payró. Es un espectáculo que fue declarado de interés cultural por la Legislatura porteña en noviembre de 2009.
¿Qué fuiste a ver al teatro que te haya dejado un fuerte impacto?
Las dos obras que más me impactaron fueron Cachetazo de campo, y Poroto de Pavlovski. Cuando vi Poroto en el año 1998 algunos meses despues de haber empezado a estudiar actuacion supe claramente que esto era para toda la vida, un interpretación de Tato Pavlovski inolvidable.
¿Y en literatura?
Dos novelas que me marcaron: “Crimen y castigo”, y “Los Hermanos Karamazov” de Dostoyevski, en reliadad todo Dostoyeski, me parece genial e indispensable su lectura para quien quiera interpretar las conductas humanas. Otro libro muy bueno es la novela de Alan Pauls, que se llama “El pasado”.
¿Cómo te preparás para el 2010?
Creo que va a ser un año con mucho trabajo porque comencé muchos proyectos en el 2009 que siguen en el 2010. Estreno una obra de Susana Torres Molina que se llama “Esa extraña forma de pasión” en Enero de 2010 en el Camarín de las Musas y estoy en un proyecto con Laura Nevole, para escribir y dirigir otra obra que se estrenará hacia mitad del 2010. Y a fines de abril reestrenamos Las asesinas de Gardel los viernes en el teatro Payro.
¿Qué podrías decir de Esa extraña forma de Pasión?
Creo que lo mejor que le puede pasar a un actor es encontrarse con un director que lo haga crecer, que lo saque de los lugares comunes o fáciles donde se encuentra, y creo que ese es el mayor beneficio en Esa extraña, encontrarse con lo que no te sale con lo que no te resulta fácil y trabajar para conseguirlo. Es una obra con mucha intensidad e interpreto un personaje lleno de matices con el cual tengo que luchar ideológicamente para no moralizar, y el resultado creo que es bastante bueno. Una obra con mucha intensidad y en la que la búsqueda de la realidad es muy apasionada.
Entrevista a Diego Frontera
¿Cómo surge la idea de ser actor? ¿Cuándo lo decidiste?
La idea de ser actor la tengo asociada directamente a la de artista, y surge esencialmente de un cuestionamiento existencial, el arte es para mí una herramienta donde puedo cuestionar y plasmar mis dudas, certezas, miedos, pasiones, es una tierra fértil donde me desbarranco al misterio de la vida.
¿Quienes fueron tus maestros?
Susana Torres Molina desde siempre ha sido un faro indispensable en mi vida, y Bartis podría decir la tormenta. De todas maneras lo importante es dar con alguien que despierte los valores de subjetividad, esa es mi búsqueda, y hoy por hoy las marcas son más importante que el producto, hay que estar atento……
Además de actuar ¿Participás activamente en otras áreas artísticas? ¿Dirección, dramaturgia, música, etc?
Cíclicamente disfruto del poli rubro artístico, música, pintura, literatura, etc…. la intuición es guía en estos casos.
Contá sobre tu último trabajo teatral ¿Sigue en cartel?
Lo ultimo que hice fue colaborar con Norberto Laino en escenografía, y distribuir espectáculos de teatro nacionales en Madrid y Barcelona, fue una experiencia maravillosa trabajar afuera, vivenciar otra forma de organización y desarrollo, fue algo nutritivo e interesante…
¿Qué fuiste a ver al teatro que te haya dejado un fuerte impacto?
Variaciones Meyerhold de Eduardo Pavlovsky hace unos años, me pareció la expresión más pura del arte y claro “De mal en peor” de Bartís una obra de ingeniería artística maravillosa.
¿Y en literatura?
“Responso” de Saer, con su voz suave desnuda sigilosamente nuestras íntimas miserias. Pablo Ramos, Rivera, “Resurrección “de Tolstoi y algunos libros sobre el peronismo que me tienen apasionado.
¿Cómo te preparás para el 2010?
Muy bien, con las expectativas lógicas del estreno y divulgación de “Esa extraña forma de pasión”, algo por lo que, modestamente, he trabajado mucho.
¿Qué podrías decir de Esa extraña forma de Pasión?
Es una obra que abarca mucho más que la temática lastimosa y real de nuestra historia.
Ahonda en la esencia de grandes conflictos sociales y psicológicos que hemos ido arrastrando a través del tiempo, distraídos por la superficiabilidad de nuestros egos y la frustración de no poder entender y crear otras opciones.
Una trama indispensable donde se visualiza nuestro pasado violento y siniestro, y a partir de ese estimulo, creo que genera un horizonte más amplio para analizar situaciones actuales.
Cuando solo quedan brumas…..y la esperanza de reconstrucción. El arte en sí, nos provoca a un destino de creación… peligro y misterio…..y eso es lo extraño de la pasión, la multiplicidad de formas.
Y en este contexto la inmensa fortuna de trabajar al lado de STM me otorga claridad y alegría, condiciones que por estos tiempos, casi, daba por perdida…..y claro, la posibilidad de concretar un proyecto potente y efectivo!
Entrevista a Gabi Saidón
¿Cómo surge la idea de ser actriz? ¿Cuándo lo decidiste?
Todo esto para intentar contestar esta pregunta en relación a la decisión, creo que nunca lo decidí y lo decido todo el tiempo. Sí registro dos momento en los que lo confirmo, cuando actúo y cuando veo a los niños y a los perros, jugar, solos o de a grupos, en la playa, en el río, libres, entrando y saliendo de su juego espontáneamente y con mucha decisión…
Además de actuar ¿Participás activamente en otras áreas artísticas? ¿Dirección, dramaturgia, música, etc?
Contá sobre tu último trabajo teatral. ¿Sigue en cartel?
El 2009 fue un año de mucha actuación. Estuve trabajando en dos obras y formo parte de un grupo: “Teatro piloto”, con el cual presentamos escenas, por ahora en un bar, el Ojo Rojo, escenas que van cambiando, que surgen a partir de una temática que nos proponemos, improvisamos y también lo cruzamos con textos, de diferente índole, políticos, filosóficos, poéticos, etc., con algunas imágenes escénicas, o con alguna idea de personajes o situación, va variando…es un trabajo de prueba y en esa prueba de intercambio con el público en un espacio no convencional, vamos corrigiendo, viendo qué funciona mejor, que tiene ganas de probar actoralmente cada uno…Esto empezó hace unos pocos meses y la idea es continuar este año, en esta experiencia nueva para todos, de un trabajo más veloz, con menos tiempo de ensayo y de investigación del quehacer teatral.
Las obras fueron “Mariana Pineda” de García Lorca, dirigida por Paula Banfi, la presentamos en el Excéntrico de la 18’ durante casi todo el año y “Temporal”, una creación colectiva dirigida por Anibal Gulluni, fue muy interesante y rico el proceso creativo de esta obra, improvisamos durante un año, había mucho material que íbamos registrando y escribiendo y la obra se termino de definir en los últimos tres meses cuando ensayamos en el espacio mismo donde la estrenamos, en “Vera Vera”. La idea es reponerla este año, ya veremos.
¿Que fuiste a ver al teatro que te haya dejado un fuerte impacto?
Lo último que fui a ver y me gustó mucho fueron las dos últimas obras de Veronesse, Casa de Muñecas y Hedda Gabler, muy buenas actuaciones, muy verosímiles y grandes relatos llevados al teatro de un modo simple e intenso. También me interesa lo que está haciendo Federico León, “Yo, en el futuro” creo que busca un lenguaje propio, fusionando el cine con el teatro con una sensibilidad maravillosa tratando temas autobiográficos y universales a la vez.
¿Qué podrías decir de Esa extraña forma de Pasión?