TEATRO

Una etapa que no cierra

Entrevista Susana Torres Molina. Explica la gestión de su última obra.

EN DOS FRENTES LA AUTORA Y DIRECTORA SE COMPLEMENTA EN AMBAS LABORES.

La dramaturga y directora Susana Torres Molina (Manifiesto vs Manifiesto, Juguete, entre muchas otras obras) estrena su nuevo espectáculo, Esa extraña forma de pasión. La obra conjuga una serie de elementos dramáticos ligados a las resonancias de la década del '70 en la Argentina y cuenta con las actuaciones de Béla Arnau, Fiorella Cominetti, Emiliano Díaz, Pablo Di Croce, Adriana Genta, Gabi Saidón y Santiago Schefer.

En escena se produce el encuentro de tres situaciones autónomas sobre una década marcada fuertemente por lo político.¿A partir de qué preocupaciones surgió Esa extraña forma de pasión?

Partiendo de los años '70 y todo lo que ha sucedió en nuestro país me interesó explorar aspectos complejos de la subjetividad de personas/personajes que tuvieron una participación activa en esa época, y también de las resonancias actuales en relación a esos actos. La elección con la que se trabajó fue: ni apología ni demonización. Lo que se buscó fue inquietar con categorías que no son ni blanco ni negro, poniendo especial atención en no caer en subrayados simplistas o estereotipos. Tengo que decir aquí que comparto lo que manifiesta Tato Pavlovsky, en el sentido en que se puede crear con lo siniestro y desde lo siniestro. En Esa extraña forma de la pasión buscamos salir de la denuncia y establecer contactos creativos con otro nivel de formulación teórica. Lo que hemos buscado en todo este tiempo de ensayos fue presentar en escena una serie de estímulos, asociaciones y multiplicaciones de sentido. Intentamos diseñar deslizamientos que establezcan un recorte de este singular trauma histórico, y que convive con nosotros, de muy distintas maneras

¿Cuáles fueron los elementos que definieron la escritura de la obra? En principio, el deseo, la necesidad de comprender, de saber más, de investigar. Nos empujó la fascinación por un momento histórico tan apasionado y extraordinario en sus múltiples aspectos.

¿Cuáles fueron las particularidades de estos ensayos?

Esta ha sido una experiencia de trabajo muy intensa y también muy relajada. Todo el equipo trabaja con un excelente ánimo, con mucho compañerismo, y poniendo siempre lo mejor de sí, y esa actitud grupal revela, más allá de los resultados finales, un proceso sumamente valioso. Siento que ha sido una travesía privilegiada.

¿Cómo podés definir tu lugar de directora en relación a los materiales que generás como autora? Hay materiales dramatúrgicos que sé desde el inicio de la escritura que voy a dirigirlos, porque la idea de puesta complementa y potencia el texto, como sucede en este caso. En esas oportunidades hay un tiempo prolongado de investigación con los actores, sobre el material y sobre la estética a desarrollar. Y siempre estoy dispuesta a modificar el texto. Privilegio lo que sucede en escena, lo que van generando los mismos actores, y si un texto me chirría al escucharlo, lo quito. No me enamoro de mis palabras escritas aunque al leerlas parezcan que son muy acertadas y bellas. Si no resisten el escenario, no van