Yo voy al teatro como espectador naif, no soy "gente de teatro". Por lo tanto mi mirada nunca es técnica. Y en tu obra en particular, menos, porque salí emocionado, conmovido. Luego me quedé pensando mil cosas... Algunas reflexiones me aparecían unos días después. Yo estaba en otra cosa, y me invadía algo relacionado con la obra... Te cuento que me sorprendió lo finamente tratado del tema. Uno podría pensar: - uf! otra obra sobre la dictadura! Pero el abordaje es distinto, es valiente, nada maniqueo, y me parece que como sociedad necesitamos eso. Vernos reflejados en el arte, para pensarnos un poco más saliendo de los esquemas habituales.
Todo eso, desde el pensamiento. pero el teatro es arte, y vuelvo a lo que te dije al principio: salí emocionado, conmovido, y pensando. Además, me deleitó la actuación de G. Saidón. Justa. sutil. Si una obra de arte nos emociona, nos deleita, y nos deja pensando....¿ qué más hace falta?
Carlos Kravetz.
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